domingo, 6 de marzo de 2016

La Playa Nudista

 La playa nudista.

¡¡Oliver Oliverrr ¡Desde el montículo del margen derecho de la explanada próxima a la playa llamó a gritos a mi amigo, justo en el momento que él se dispone a extender su toalla en la arena caliente de la playa que tanto me gusta, tiene alguna que otra incomodidad llegar a ella, pero una vez llegas a la arena, es divina, mucho sitio, la gente se mantiene separada, no solemos aglomerarnos, es común en todas las nudistas, sabemos respetar a los demás sin invadir su espacio, por ese motivo me gusta tanto.
¿Oliver que tal? Te vi cuando subías el puente pero no te di alcance por mucho que me di prisa. Nos besamos y Oliver me sujeta mis cosas mientras abro mi toalla. mmmm que bien este sol y poder tomarlo en todo el cuerpo sin ataduras. Rápidamente me quito el vestido y dejo mi cuerpo a la vista de Oliver. Él a pesar que yo me comporto con plena naturalidad al principio se siente algo cohibido, es su primer día en una nudista. Como soy tan blanca de piel, lo primero que hago es pedirle que por favor me ponga protector por el cuerpo. Oliver esta impresionante con ese cuerpo tan musculoso, aunque tiene el culo blanco, puede presumir de un bronceado precioso. En cambio yo a pesar de ser asidua de estas playas, solo llego a estar de un color sonrosado que eso sí le da mucho luz a mi piel pero nada de moreno.
El mar esta precioso y en cuanto hemos terminado con la protección corro hacia el agua tirando fuertemente de la mano de Oliver. Cuando he puesto el pie dentro he notado que hoy está el agua mucho más fría que otros días, de un saltito y arqueando mi cuerpo entro de cabeza, Oliver me sigue sonriente.
El frío, pasa tan pronto das unas brazadas, me gusta bucear cerca de las rocas llenas de plantas marinas y pececillos que no sienten ningún miedo y se pasean tan cerca, de nuestros cuerpos. Hago señales a Oliver para que se acerque a ver entre las rocas. Cuando no podemos más, salimos a respirar y aprovecho para hundir a Oliver que lo pillo despistado, para resarcirse es él ahora quien me coge de los pies para hacerme rabiar. Vamos cogiendo confianza y eso se nota, ha perdido un poco el azoramiento del principio. Me gusta verlo tan contento. Cuando me ha besado me ha cogido por ambos lados de la barbilla subiéndome la cara a la altura de su boca, acercado mucho su cuerpo, y yo me he abrazado a su cuello y entre los dos hemos calentado hasta el agua que nos rodeaba.
Vamos a la toalla a tomar el sol anda pícaro….
Tumbados en la arena saco un libro que llevo en la bolsa, pero no logro concentrarme en la lectura, sobre todo porque Oliver está pendiente de mí y no deja de mirarme de soslayo. Entonces decido contraatacar echándome encima para ver si tiene cosquillas, y bingo¡¡ __He dado en la diana, ¡¡las tiene y muchas¡¡
Entre el juego y el sol que está haciendo nos sube la temperatura, y nuestros cuerpos perlados de sudor hacen que debamos volver al agua fresquita a apaciguar la excitación.
Al entrar de nuevo al agua, me impulso en un salto entrando de cabeza con el cuerpo arqueado dejando mi culo al aire, por unos segundos es lo único que ve Oliver, __el muy sinvergüenza, por eso siempre va detrás mío.
Nos hemos pasado toda la mañana entrando y saliendo del agua pero ahora toca un descanso, nos tumbamos en las esterillas y propongo hacerle un masaje, Oliver trae aceite de coco, a mí me encanta el olor, empiezo por los hombros, la nuca y los brazos…A medida que pasa el día, me alegro más de haber quedado con él, veo que se siente cómodo. Me animo a bajar por la espalda y el culo, ahora mismo le daría un bocado mmmm…
No podía dejar las piernas, ósea que le pido que se dé la vuelta y le doy por delante. Él lo está pasando bien, no hace falta que me lo diga y yo sigo masajeando, recordándole que tendrá que mejorarlo, me dice que no pierda cuidado que lo hará. Como estoy incomoda a un lado, me subo encima sentada en pose de cabalgar en sus espinillas, así llego mejor desde los muslos hasta la rodilla y desde la rodilla hasta…donde llego. Aunque viendo cómo va la cosa, propongo irnos al coche, no vayamos a hacer una escena allí delante de todos.


Recogemos nuestras cosas y me pongo el vestido, Oliver se pone un bañador y nos dirigimos a su coche, está aparcado más cerca de la arboleda y mucho más íntimo. Al dejar las bolsas dentro del coche, Oliver me acerca a su cuerpo, lo siento cálido de las horas de sol que hemos tomado y caliente del morbo que le produce saberme vestida pero sin ropa interior… me besa con pasión, no controlada como en la playa, si no, ya desatada, por lo que ha tenido que aguantar toda la mañana. Muy discretamente y algo cauteloso me sube el vestido lo suficiente para poner sus manos en mis muslos, me aúpa encima del capo de coche, se posiciona entre mis piernas abiertas y nos fundimos en un largo beso donde las lenguas insaciables recorren de derecha a izquierda, gustosas de saborearnos, que me enloquece mientras noto su sexo duro empujando virilmente, la cautela deja paso al frenesí, y toda la prudencia desaparece dándonos alas a la fogosidad que hemos mantenido a raya en la playa. Y allí mismo, Oliver, me posee haciéndome vibrar y jadear como la mujer fogosa que soy, sin importarnos lo más mínimo que puedan vernos. 

miércoles, 13 de enero de 2016

La sensual Lulú

Como un relámpago Lulú corre escaleras abajo, se ha dormido esta mañana, y al abrir la puerta se ha encontrado al dueño del piso reclamándole el alquiler, ya son dos meses lo que debe y no está dispuesto a esperar más,  Lulú, le promete que esta noche cuando regrese pagará la deuda. Lo dice más por salir de ahí, que con convencimiento de causa, ya pensará después como lo arregla.
Llega a la estación justo cuando el tren le queda dos minutos para la salida,  no puede con su alma o más bien son los pies, con esos zapatos de tacón alto los que la matan. Da gracias que hoy no va lleno y dando un suspiro, se acomoda en el asiento libre. Delante de ella hay un joven que no le quita  ojo. Por un momento Lulú mira su ropa por si al correr se le ha abierto más de lo normal el escote del vestido. Le encanta como le sienta, pero en más de una ocasión ha dejado a la vista parte de su generoso pecho.
__Todo está en orden, sonríe satisfecha__ Lulú es una chica que aunque no se lo proponga llama la atención, ya sea por la ropa o por su carácter extrovertido, al instante  cae en la cuenta que con las prisas no ha comprado el billete.
__No puede ser ¡no puede estar pasándome esto¡¡__ Mira de reojo a lo largo del vagón derecha e izquierda y se tranquiliza pensando que no es fácil que vaya a pasar ahora el revisor. El viaje dura escasamente media hora, y ella suele repasar la agenda de trabajo durante el trayecto, en cambio, hoy, recuerda lo bien que lo pasó anoche en la cama con sus juegos eróticos en compañía, solo recordándolo y apretando sus muslos se siente excitada.
De pronto una voz muy masculina la hace volver a la realidad __Perdone señorita su billete por favor? Lulú da un respingo con un gesto de incomodidad. El revisor mientras ella reacciona, empieza saludando y picando el billete a los demás viajeros del compartimento. El revisor es un tipo agradable, ella está segura que lo entenderá, lo ha visto en varias ocasiones y espera que no la multe. Lulú se levanta del asiento y sale con él al pasillo, dando las primeras explicaciones. Él, que le encantan las mujeres como ella, alta y esbelta con los pechos grandes se dispone a seguirla, pensando….” A ver qué excusa va a darme” El siguiente compartimento acaba de quedar libre y él amablemente hace ademán con la mano señalando que tome asiento y pueda dejar sus objetos personales en el asiento vacío. Él, primero se queda de pie, pero viéndola tan azorada, aunque  la verdad, es que no parece ser una mujer que se corte por nada, acaba sentándose delante ya que está todo el compartimento vacío, Alan se sienta delante de ella y sus ojos bajan con mal disimulo a las piernas de Lulú, que va vestida con un vestido corto y deja a la vista gran parte de ellas. Lejos de sentirse molesta parece disfrutar del morboso momento. Algo de sus manos cae al suelo y Alan con educación se inclina hacia delante para recogerlo…Lulú abre las piernas justo en ese momento y él no puede más que levantar los ojos ante lo que está viendo. Él es una persona seria, pero ante este despropósito se deja llevar por la excitación y el caos de aquella mujer. Sin más, Lulú empieza a contar que  las prisas por coger el tren ha hecho que olvidase comprar el billete, todo esto se lo cuenta con cara de pena, pero con toda la morbosidad de la que está dotada, seguidamente empieza a coquetear con Alan, que nunca había llegado a imaginar que una cosa así pudiera pasarle. La chica le pide que la ayude y haciéndole señas le dirige al lavabo, Alan que esta atónito y no da crédito a lo que está pasando se encuentra en una situación poco cómoda, acaba de tener una erección que casi le impide pensar con claridad. Una vez dentro del lavabo Lulú que ya estaba excitada pensando en la noche anterior tira de la corbata de Alan para acercarlo a su cuerpo lo cual no es muy difícil dadas las proporciones del lavabo. Es ella quien lo tiene a su merced ya que él aún esta embobado. Apoyando el culo en el frió lavamanos de acero lo que ya de por si la excita sobremanera, levanta y abre las piernas lo necesario para que Alan se pegue a ella y es cuando ve perfectamente lo que creyó una alucinación…. la chica va sin braguitas¡¡ Y se le está ofreciendo sin más. Alan, sin mediar palabra la coge por la barbilla mientras la besa acaloradamente con un desenfreno inusual en él. Sin muchos más preámbulos y en pocos minutos la posee disfrutando sus gemidos de placer.


lunes, 27 de enero de 2014

Pensamiento

Hace poco, conocí a alguien que se describe intemporal, yo pienso; como las obras de arte, que se idealizan.
Además cuenta de él que es imperceptible, vaya que no se percibe, es invisible.
Inadecuado, impropio, improcedente.
Inconstante, yo sigo pensando; que muda con demasiada facilidad su conducta, digamos cambiable.
Y para terminar, incontenible; que cuando quiere una cosa, la sigue hasta que la consigue.
Todo un elemento, digno a estudiar. Pero lo que más me gusta de él es su sencillez, su no querer aparentar lo que no es.
Entre otras cosas, sé que le gusta mucho la lluvia, la hierba mojada, el ruido del agua al caer, se siente a gusto en esa humedad, a la que está expuesto. Quizás por eso vive donde vive, no hay lugar mejor para saborear este hechizo. (Seducción)
Creo que la combinación de viajar y describir con viveza las cosas que ve, las plasma con sus fotografías,  las cuales nos muestra a los demás, sitios donde quizás nunca iremos, por mucho que lo deseemos, lugares preciosos donde dirigir nuestra mirada, y dejar volar nuestra imaginación.
Esculturas sin alma, puestas de sol, jardines e iglesias en perfecta armonía, tanto unas como otras.
Edificios singulares, preciosos, majestuosos.
Otra de sus facetas, debe ser el sexo, por que le da tanta importancia como a la fotografía, y eso me hace pensar, que sí lo es. Por tanto, si fotos tiene tantas y tan bonitas, de sexo no ira mal acompañado.
Singular, único, extraordinario, raro…

lunes, 11 de noviembre de 2013

Ir le bise

J’ai toujours imaginé qu’il doit être un vrai plaisir embrasser un homme assez plus haut que moi-même de tel manière,  que je dois me soutenir sur la pointe des pieds pour atteindre  sa bouche, accrochée à son cou en me  balançant tout près de son corps.
Pendant que lui, avec ses mains mises sur mes fesses en  m’aidant à arriver  plus haut  et en m’élevant  pour atteindre sa bouche,  en fin de compte pour m’approche tout près de lui.
C’est alors que nous bouches anxieuses de désir se sont conjuguées  en un bise sensuel  à la fois que des sensations coulent par notre corps et arrivent  à toutes les terminaisons nerveuses pour ainsi se fondre en elles le temps du bise.
De suite, des sensations descendent  dans le dos pendant que nous nous embrassons à ce moment-là  nous dégageons pure chimique, parce que nos lèvres,  l’intérieur de notre bouche et la langue sont des zones très sensibles.
La part haut de nos  lèvres prend la partie des zones plus érogènes que nous les femmes avons. Ont dit que le canal nerveux est attaché au clitoris et si on le dit,  il aurait sûrement une raison.
En une bise on peut dire autant de choses même si on ne prononce pas un mot.


Colaboración de J.A.


domingo, 7 de julio de 2013

La Amante.

Sentada en la orilla del río,  Lulú recuerda la sensación tan placentera que apenas media hora antes, ha vivido.
Toda una explosión de susurros y suspiros.
Pero ahora, él debe estar en su casa, mirando a otra mujer, ….su mujer.
Acariciando a unos niños, …sus hijos.
Esto es lo peor de sus encuentros con ella, que cuando se va le deja este vacío.
Ella sabe, que él no está enamorado de su mujer, pero ella lo tiene en casa y Lulú simplemente es la amante.
Hasta el próximo viernes no volverá, debe quedarse solo con el recuerdo de sus manos, esas manos acariciándole todo el cuerpo, esas caricias que le estremecen y hacen que se le erice hasta la última parte de su piel.
Sentir sus labios recorrer su cuerpo sin descanso, de arriba abajo.
Solo dejando recobrar el compás de sus latidos después de cada clímax, lo suficiente para poder seguir saboreando de sus cuerpos.
El tiempo que tienen es corto y lo quieren  aprovechar al límite.
Hay días que ni siquiera salen de la cama o como mucho se alejan hasta el salón, temen que si se distraen con alguna cosa, se estarán perdiendo momentos importantes en su corta relación.
Menuda relación, ahora que lo piensa Lulú fríamente, esto no lleva a ninguna parte.
Pero somos incapaces de dejarlo correr.
El día que no venga, sentirá un abandono total, no puede ni pensar en ello.
No puede ni debe, si no quiere volverse loca.
Sabe que si llega ese día, prefiere que la pille desprevenida, quizás así solo le duela su ausencia.
No su cuerpo, ni su mente.
Hay una parte de ella que lucha por ser fuerte y creer que sin él, ella sería igual de feliz.
Que sabría desenvolverse con la misma audacia y valentía.
En cambio otra parte la atosiga impidiéndole que se lo crea.
La obsesiona pero no puede hacer nada para enmudecer su constante pensamiento.
Habrá que esperar a la tarde del siguiente viernes para volver a disfrutar con él.
Que dura semana le espera a Lulú.


Lola Louise

sábado, 13 de abril de 2013

La Limusina


Siempre había pensado que era una fantasía esplendida, pero difícil de vivir.  Nunca había subido en una, pero claro, la había visto innumerables veces. Blanca, larga, muy larga, ni siquiera sabía que había dentro. Bueno alguna película o reportaje si había visto, pero que lejos de la realidad, estaba yo hasta ese momento.
Mi jefa no podía presentarse al evento, y me tocó a mi ir en su lugar, no sabía con quien me iba a encontrar, me lo dijo a última hora, sin previo aviso, solo el tiempo suficiente para pasar por mi casa y vestirme lo mejor que pude.
Para tal ocasión, no es que tenga muchas cosas, pero eso sí, me las compuse estupendamente y en tiempo récor. Tenía un vestido largo, color carmesí, que solo lo había llevado una noche, y me duro puesto solo media hora. Alguien me lo quito, digamos, en un arrebato de pasión.
Me miré, en el espejo de mi dormitorio y me vi muy bien, sí, no pensaba defraudar a mi jefa, Como hacía bastante frío, estábamos en Noviembre, encima me pondría un abrigo negro, tan largo como el vestido, quedaba precioso, los zapatos, del mismo color carmín  con tacones de vértigo, esperaba no tener que andar mucho, a ser posible.
Me arreglé el pelo, dejándolo  ondulado. La melena me llegaba por debajo de los hombros, y por delante me caía con unos bucles que  daban  sensualidad a mi cara, sabía que no era una preciosidad, pero mi espontaneidad resultaba muy atractiva.
Como el escote del vestido era muy pronunciado, debía  ir sin nada de lencería, eso también me gustaba, sentir que la seda del vestido me rozaba en los pezones, con esa suavidad, esa sensación me erotizaba. Mientras iba terminando me sentía sumamente contenta del resultado, ahora solo faltaba que la persona que iba a acompañarme me gustara.
Justo en ese momento llamaron a casa, alguien esperaba abajo, delante de la limusina blanca. Emocionante ¡¡
Al saludarlo, se inclino hacia mí y me dio dos besos, me sujeto la mano, para ayudarme a subir al coche, yo levante mi vestido lo suficiente para no pisarlo, aquello era extraordinario, una luz tenue, un largo sofá blanco de piel, que ocupaba todo lo largo del coche, y delante de este, una barra con todo lo que se podía imaginar, para tomar mientras estuviéramos allí. Toda esa parte era un gran espejo salpicado de pequeñas luces, que por más que no quisieras verte, era imposible, se multiplicaba nuestra figura por diez, una detrás de la otra, por un momento aquello llego a marearme, menos mal que las luces atenuadas, dejaban más intimidad al espacio.
Él se sentó a mi lado, muy cerca, era un tipo atractivo, de unos 50 años, muy bien llevados, y muy bien vestido. Dijo ser, un cliente de la persona  que nos había invitado y amigo intimo de mi jefa.
Olía a chanel, precisamente era mi fragancia preferida en un hombre, no sabía, si podría concentrarme durante el evento, a su lado. Tenía unas manos preciosas, de dedos largos, sin querer, mi pensamiento voló y las sentí  acariciándome, sabía que no podía distraerme con aquellos pensamientos, de momento… Menos mal que no se esperaba de mi gran cosa, solo ser una acompañante agradable.
Me ayudó a quitarme el abrigo, porque debíamos recorrer un buen tramo de autopista, y allí hacía calor. Muy amablemente me ofreció una copa de vino, que yo acepte encantada, no pensaba dejar pasar una ocasión como aquella. Una vez nos tomamos la bebida, nos vimos algo más relajados, y nos dedicamos a hablar de cosas banales, mientras recorríamos el camino.
En el Casino, la velada fue corta, pero fructífera para mi jefa, cerraron algunos contratos y dejaron la puerta abierta para un gran negocio, en París.
Así que,  la vuelta a casa, fue relajada,  él, contento después de varias copas, parecía más joven, de lo que en un principio  había apreciado. No se, si seria por la bebida o por la atmosfera que reinaba en la limusina, pero yo estaba exultante, tanto que mi lado cauto, se había apeado del coche.
Él, que también se sentía en el mismo plano que yo, empezó a erotizarme, con sus miradas, después incluyo esas manos que tanto me gustaban, y sin saber como, me tenía rendida en el sofá, sin dejar de besarnos, y yo dispuesta a todo, a todo lo que surgiera.
Fue subiendo el vestido, primero a las rodillas, luego más arriba, dejando mis muslos a la vista, entonces se fijo que llevaba la ropa interior tan pequeña, que apenas se veía. Sus manos recorrían mis piernas, y yo me sentía muy bien. Se desabrocho la corbata y la lanzo al suelo, su olor me eclipsaba y me llenaba de morbo, fui yo misma quien le dije que lo deseaba, allí y en ese momento. El me miro, como midiendo mi sentido de la realidad, y vio en mis ojos el deseo, No, mis ojos no mentían, estaba totalmente excitada.
Se desprendió de la ropa y dejo a la vista su cuerpo, un cuerpo esbelto y dispuesto a darme toda clase de sensaciones y placer.
La fría piel del sofá, que notaba en la espalda y en mi culo era testigo de tal excitación, era mucho más de lo que siempre había imaginado, y ese hombre con sus maneras y sensibilidad era perfecto, los movimientos sincronizados por alguna razón que no sabría  definir, nos llevaban poco a poco al éxtasis del orgasmo, sin apenas hablar, poco había que decir en ese momento, solo disfrutar.
A cada embestida que daba, yo soltaba un grito de placer, mientras veía mi cara reflejada en el espejo, rodeado de luces, haciendo más morbosa mi mirada.
Sentía sus susurros en mi oído, hasta que conscientes de que no podíamos esperar más, nos dejamos llevar, llegando al clímax, exhaustos pero felices.
Mi melena alborotada y el vestido húmedo, eran testigo de tanta excitación.

(Por fin había llevado una fantasía a la realidad.)
Lola_Louise

miércoles, 23 de enero de 2013

Fiesta de Sergio


Habían quedado, en acudir a la fiesta de Sergio disfrazados, a él no le gustaba nada hacerlo y sus amigos pensaron que pasados los primeros momentos de desconcierto, incluso  se lo tomaría bien.
La fiesta se hacía en un restaurante a las afueras de la ciudad, les costó mucho tiempo prepararla sin que él se enterara y claro, tuvieron que engañarlo para que no imaginara nada, solo le contaron que se reunían con unos pocos amigos, porque uno de ellos quería dar a conocer una noticia, él no sospechaba nada y sin nombrar siquiera su cumpleaños, lo organizaron las chicas.
Había una condición para los disfraces, que era: que hubieran dos de cada modelo o sea que repetidos por parejas, a su pareja la disfrazarían de duendecilla, el mismo que llevaría Emma, ella sería la clave de toda la broma.
Sabían que a Sergio le había gustado Emma, mucho antes de conocer a su novia actual, por lo que, era la que más lo conocía y acertaría en la broma, todo bajo la complicidad de Sonia, su novia, por supuesto.
Prepararon su disfraz y el día indicado se plantaron todos, media hora antes de la que llegaría la pareja.
Sus 30 años lo iban a celebrar por todo lo alto. Cuando llegaron ellos dos y vieron a los amigos disfrazados Sergio puso cara de desconcierto, mirando a Sonia, ella hizo como que también le parecía extraño, ya empezó a tensarse un poco, eso no lo había previsto, le ofrecieron el disfraz que le tocaba, primero se negó a ponérselo, pero al final no tuvo más remedio y entre la algarabía de todos claudico. En un primer momento no reparo en la peculiaridad de que eran repetidos, solo al acercarse un chico vestido como él mismo, se dio cuenta.
Las chicas llevaron a Sonia, para que se vistiera y así dejarlo a él con los demás, a nadie se le veía la cara totalmente, o sea que era difícil saber en ocasiones quién estaba allí. Sonia se puso al lado del que vestía igual a Sergio y Emma salió como si acabara de colocarse el disfraz.
Subieron un poquito el volumen de la música, para disimular así las voces, por lo que  debían de subir el tono de voz y eso daba cierta ventaja. Sergio y Emma bailaron bastante rato. Ella hacía por acercársele de cuando en cuando, pero no acababa de darle facilidades para que la besara, a pesar que notaba como la deseaba Sergio.
A la hora de la cena, se sentaron uno delante del otro, mientras cenaban notó que un pie le rozaba varias veces la pierna y supo que era su pareja, que desde delante, tenía ganas de juguetear, él estaba contento de verla así y ya pensaba en la hora de volver a casa. Se sentía a gusto, finalmente lo estaba pasando bien. De pronto miro hacia uno de los lados y vio a una chica con el mismo disfraz que su chica, la duendecilla al brindar con las amigas sentadas a su lado, se cortó ligeramente con una de las copas que se rompió con el choque, vio que alguien le proporcionaba una tirita y se olvidó del asunto. Sergio pensó en lo mucho que le habían gustado los bailes con su novia, parecía muy mimosa y no se había cortado lo más mínimo delante de los amigos, no conocía esa faceta de Sonia.
Lo había excitado en varias ocasiones pero por la música, no era fácil distinguir el tono en el que le hablaba. En la sobremesa llegó la hora de los regalos, entonces le quedo claro: ¡! toda la fiesta era por él.!¡
Siempre atento a su pareja, agradeció a todos el detalle. Por segunda vez miro hacia la chica, que lo estaba mirando atentamente y le pareció que le era muy conocida, ahora sí que tenía ganas de saber quién era, sintió una sensación rara y no pudo olvidarla en un rato, miró a Sonia que reía divertida con un grupo de amigos.
Cuando la fiesta tocaba su fin y ya algunos invitados habían salido, le hizo saber a su pareja que era el momento de irse. Mientras se despedían de todos hubo un momento de barullo, en el cual Emma se escabulló hacia otro lado y Sonia se acercó a él despidiéndose de todos. Quitándose la máscara y subiendo los regalos, Sergio le confeso que nunca hubiera imaginado una fiesta como esa tan estrambótica, pero que lo había pasado bien.
Aunque estaba interesado en la chica disfrazada como Sonia, no le dijo nada. Sabía que la noche no acababa allí, por lo animada que estaba su chica, pensó que le podía deparar alguna sorpresa más….la miró de reojo justo en el preciso momento que ella se miraba uno de los dedos de su mano.
Sergio anonadado supo que la chica que se cortó, era Sonia, con razón le parecía tan próxima. Pensó en los movimientos debajo la mesa y las sonrisitas de la que pensó siempre que era su novia. Pero entonces quien era esa chica ¿?
Sonia se dio cuenta de la cara de sorpresa y se echó a reír, diciéndole que todo había sido una broma de los amigos. Este cumpleaños no lo iba a olvidar en un tiempo.

(¡( > <)!) fiestuki.

Lola_Louise