lunes, 27 de enero de 2014

Pensamiento

Hace poco, conocí a alguien que se describe intemporal, yo pienso; como las obras de arte, que se idealizan.
Además cuenta de él que es imperceptible, vaya que no se percibe, es invisible.
Inadecuado, impropio, improcedente.
Inconstante, yo sigo pensando; que muda con demasiada facilidad su conducta, digamos cambiable.
Y para terminar, incontenible; que cuando quiere una cosa, la sigue hasta que la consigue.
Todo un elemento, digno a estudiar. Pero lo que más me gusta de él es su sencillez, su no querer aparentar lo que no es.
Entre otras cosas, sé que le gusta mucho la lluvia, la hierba mojada, el ruido del agua al caer, se siente a gusto en esa humedad, a la que está expuesto. Quizás por eso vive donde vive, no hay lugar mejor para saborear este hechizo. (Seducción)
Creo que la combinación de viajar y describir con viveza las cosas que ve, las plasma con sus fotografías,  las cuales nos muestra a los demás, sitios donde quizás nunca iremos, por mucho que lo deseemos, lugares preciosos donde dirigir nuestra mirada, y dejar volar nuestra imaginación.
Esculturas sin alma, puestas de sol, jardines e iglesias en perfecta armonía, tanto unas como otras.
Edificios singulares, preciosos, majestuosos.
Otra de sus facetas, debe ser el sexo, por que le da tanta importancia como a la fotografía, y eso me hace pensar, que sí lo es. Por tanto, si fotos tiene tantas y tan bonitas, de sexo no ira mal acompañado.
Singular, único, extraordinario, raro…

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