__¿Porqué me miras
así?....me intimidas y lo sabes.
A Lulú, le molesta que
él, la mire fijamente mientras ella esta escribiendo en su mesa de trabajo, se
lo ha mencionado varias veces, pero él no consigue quitarle los ojos de encima.
__Lo siento Lulú, pero
es que me tienes hechizado, perdóname.
No es la primera vez,
que debe pedir perdón a su compañera de trabajo, desde que ella llegó, a
trabajar para esta multinacional, esta constantemente pendiente de ella, no se
la puede quitar de la mente, le gusta, pero no sabe como comportarse con ella,
y desde luego está seguro que haría lo que fuera para gustarle.
Lulú no suele fijarse
en él, pero es tan evidente que está mirándola, que lo advierte aún sin
levantar la vista del ordenador.
No es mal chico, al
contrario, quizás goza de pocas amigas, y trabajar a su lado le impresiona mucho.
Lulú es una mujer muy
extrovertida, disfruta de la vida y de las ocasiones que esta le proporciona.
No está atada a nadie, por lo que hace y deshace a su antojo. Lleva días
pensando en darle un escarmiento a ese hombre, que no le quita ojo. No nada
serio, al contrario, solo ponerlo en evidencia.
Se sientan en dos mesas
cara a cara, pero con distancia entre ellas, por lo que ha decidido, venir hoy
algo más sexi a trabajar, haciéndose la despistada, mueve las piernas con toda
la intención que él la mire, y no tarda nada en hacerlo, ella como si no le
fuera la cosa, trabaja tranquilamente, moviéndose continuamente, y sin mirarlo
a la cara. El hombre que solo ha visto parte del muslo de Lulú está ya
nervioso, ella con toda la picardía que es capaz, mueve lentamente sus piernas
abriéndolas lo necesario para que pueda verla.
Alguien entra en ese
momento a la oficina, y se dirige al compañero, con varios panfletos de una súper
oferta, y al mirar al hombre, se da cuenta de lo concentrado que esta en algún
punto de la habitación, que ni siquiera se
da cuenta que están hablándole.
Le deja los papeles
encima de la mesa, y resoplando, mira a Lulú y con un movimiento de ojos, le
indica que ese empleado esta en babia…¡¡
Ella le mira y le da la
razón como si nada. Mientras se le escapa la sonrisa, sabiendo en que piensa
perfectamente.
Al final de la jornada,
el hombre se acerca a Lulú, y haciendo acopio de todo el valor que puede, la
invita a tomar una copa. Ella, en ese momento no sabe que hacer, o lleva la
broma más lejos o es momento de parar y no aceptar la invitación.
Pero que caray, quizás
sea la mejor manera de arreglar la situación, acepta, y salen juntos hacia un pequeño bar musical
que hay al final de la calle, ella ha estado allí alguna vez, y le gusta la
música y el ambiente que reina.
Pol, que es como se
llama el compañero, se comporta con mucho tacto, y eso a ella le gusta, quizás
no será tan mala idea haber salido con él, piensa Lulú.
Se sientan en el sofá
de un rincón del bar, y les traen al momento la bebida que han pedido, ella muy
sensual en todo momento se quita un gran pañuelo que lleva alrededor del
cuello, dejando ver un gran escote, debajo de la blusa se entrevén unos pechos
proporcionados y turgentes.
Pol, no deja de mirarla,
pero al estar tan cerca se corta más. Aunque disimuladamente sus ojos buscan
entre la blusa abierta los pechos de Lulú, menos mal que no tiene que
levantarse en ese instante, porque quedaría en evidencia. Ella esta sentada muy
cerca, con las piernas cruzadas, lo que hace que la falda deje al descubierto
gran parte de ellas. Y porque no, las delicias de Pol.
De fondo escuchan una
canción al piano, que realmente hace, de la cita un estupendo conjunto, tanto
el sitio como la compañía hacen que Lulú deje de mirar a Pol, como una persona
irritante, como los días anteriores.
Por fin parece que Pol,
se siente tranquilo con ella, al contrario que en la oficina, se desenvuelve
muy bien, y prácticamente Lulú acaba encantada con la cita.
Se despiden en la
puerta del bar y es ella, la que toma la iniciativa de besarle suavemente en
los labios, y como no podía ser de otra manera provocando al pobre Pol, quien
en un acto reflejo, la acerca a su cuerpo, dejándole muy latente que le gusta
su compañía y sobre todo su manera de ser.
Ella, mientras entra en
su coche, se da cuenta que le ha gustado mucho ese sensual beso y el hormigueo
que se ha instalado en medio de sus muslos.
(No siempre lo evidente
es certero) O (El cazador cazado)
Lola_Louise
Ayyyy quien tuviera lulus en el trabajo :)
ResponderEliminarTen fe, cuando menos lo esperas aparece una Lulú en tu vida..:)
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